Un mundo peligroso

(A Dangerous World)

Artículo escrito para La Prensa Hispana Bilingual Newspaper (Indio, California, EE.UU.). Edición del 14 al 20 de enero, 2022

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Pasada la Segunda Guerra Mundial (1945), una ilusión de paz se apoderó del mundo. La guerra monstruosa había sido proscrita por la recién estrenada Organización de las Naciones Unidas (ONU) y todo parecía encaminado a un tiempo de crecimiento y prosperidad social generalizada. Se produjo un boom de nacimientos y la economía mejoró. La sociedad dejó de mirar hacia afuera y se concentró en sí misma.

Pero esa imagen idílica de un futuro mejor, tercamente construida por contraposición a los extremos de maldad que el mundo había visto, no era real.

La carnicería de las grandes guerras no era un hecho fortuito ni la locura de un solo hombre: era la consecuencia de décadas, y hasta siglos, de degradación de la dignidad humana, de defender que los seres humanos eran producto del azar y que eso justificaba que los “superiores” aplastaran a los “inferiores”.

De hecho, mucho antes del holocausto nazi —símbolo por excelencia de la maldad humana—, ya se habían producido muchos hechos similares, tanto en gobiernos democráticos, socialistas y/o totalitarios, que convierten la matanza de los judíos en apenas un eslabón más en la cadena de la locura humana.

Allí están como tristes ejemplos la gran hambruna irlandesa de 1840, facilitada por Inglaterra; el genocidio congole?o de 1885 ejecutado por el emperador Leopoldo II de Bélgica; el genocidio alemán de los pueblos herero y nama (1904), en Namibia, a órdenes del káiser Guillermo II; el genocidio del pueblo armenio, entre 1915 y 1923, perpetrado por el Estado turco; los gulags de los bolchevices rusos desde 1917; el holodomor que diezmó al pueblo de Ucrania en 1932, ordenado por Stalin; y la masacre de la ciudad de Nankín, China, en 1937 a manos de los japoneses.

Toda esta carnicería humana, y mucha más, precedió al holocausto judío de 1941-1945, pero no culminó con él.

La Segunda Guerra Mundial implicó también el exterminio atómico de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en 1945, a manos de los EE.UU.; luego vino la gran hambruna china de 1959 por obra de Mao; el genocidio camboyano de 1975, a manos de los Jemeres Rojos; el genocidio de 1994 en Ruanda que liquidó al pueblo tutsi y, actualmente, se produce un silencioso genocidio del pueblo Uigur en China.

La paz no llegó en 1945. Porque mientras haya personas y pueblos que se crean superiores a los demás seguiremos viviendo en un mundo peligroso.

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ENGLISH VERSION.

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A Dangerous World

After the Second World War (1945), an illusion of peace took over the world. The monstrous war had been outlawed by the newly launched United Nations (UN) and everything seemed headed for a time of general growth and social prosperity. There was a boom in births and the economy improved. Society stopped looking outward and focused on itself.

But that idyllic image of a better future, stubbornly constructed in contrast to the extremes of evil the world had seen, was not real.

The carnage of the great wars was not a fortuitous event or the madness of a single man: it was the consequence of decades, and even centuries, of degradation of human dignity, of defending that human beings were the product of chance and that this justified that the “superiors” crush the “inferiors.”

In fact, long before the Nazi holocaust – a symbol par excellence of human evil – many similar events had already taken place, both in democratic, socialist and / or totalitarian governments, which make the massacre of the Jews just one more link in the chain of human madness.

There are as sad examples the great Irish famine of 1840, facilitated by England; the Congolese genocide of 1885 carried out by Emperor Leopold II of Belgium; the German genocide of the Herero and Nama peoples (1904), in Namibia, under the orders of Kaiser Wilhelm II; the genocide of the Armenian people, between 1915 and 1923, perpetrated by the Turkish state; the gulags of the Russian Bolshevices since 1917; the holodomor that decimated the people of Ukraine in 1932, ordered by Stalin; and the 1937 Nanking City Massacre at the hands of the Japanese.

All this human carnage, and much more, preceded the Jewish Holocaust of 1941-1945, but did not culminate in it.

The Second World War also involved the atomic extermination of the cities of Hiroshima and Nagasaki in 1945, at the hands of the USA; then came the great Chinese famine of 1959 by Mao; the 1975 Cambodian genocide at the hands of the Khmer Rouge; the 1994 genocide in Rwanda that wiped out the Tutsi people and, today, there is a silent genocide of the Uyghur people in China.

Peace did not come in 1945. Because as long as there are people and peoples who believe themselves superior to others, we will continue to live in a dangerous world.

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Versión digital: https://laprensahispananewspaper.com/un-mundo-peligroso/