Racismo y eugenesia
(Racism and Eugenics)
Artículo escrito para La Prensa Hispana Bilingual Newspaper (Indio, California, EE.UU.). Edición del 25 febrero al 3 de marzo, 2022
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Hubo un tiempo, allá por la época de la Ilustración, en que el racismo —discriminar a las personas por el color de su piel o por sus características biológicas— era considerado “científico”. Lo defendían aclamados intelectuales de la talla de Linneo, Hume, Voltaire, Montesquieu, Kant o Hegel. Fue la época en que Europa se declaró “cuna de la civilización” (y de la “raza pura”).
Este racismo biologicista que desarrollaron las élites europeas fue muy conveniente para ellos porque justificó la esclavitud de millones de africanos y el sometimiento de muchos millones más en todos los territorios alcanzados. Según su pensamiento, los europeos eran la cúspide de la evolución y tenían el “derecho natural” de conquistar el mundo y dirigirlo.
Emergieron, entonces, a través de felonías, sangre y desiguales enfrentamientos bélicos, los imperios coloniales más grandes de la historia, encargados de llevar las riquezas del mundo a sus metrópolis. Europa se embriagó de fortunas, de poder e incrementó aún más su “progreso” y “civilización”.
Pero el racismo no fue la única ideología considerada “científica”.?A este le siguió la eugenesia, la ideología del “mejoramiento humano” que buscaba acabar con las “razas inferiores” y asegurar la “pureza racial” europea. Su influencia era inmensa ya que tenía defensores como Malthus, Galton, Nietzsche, Margaret Sanger, H.G. Wells, Julian Huxley, Albert Einstein, John D. Rockefeller, Henry Ford y hasta el emperador Hirohito.
Este apoyo ilustrado y generalizado hizo de la eugenesia el referente cultural principal de fines del siglo XIX en adelante. Científicos, intelectuales, políticos y naciones enteras —entre ellas, los Estados Unidos—, se declararon eugenésicos mucho antes de que los nazis la adoptaran como fundamento para el exterminio de los pueblos no arios.
Pero a pesar del inmenso apoyo que lograron y de su presunta fundamentación objetiva, racismo y eugenesia eran una inmensa estafa ideológica y social. Eran el producto de la maldad humana, de ambiciones económicas y de aberrantes sue?os supremacistas. Eran mentiras presentadas como verdad.
No hay que olvidar esto, ni callarlo, hay que aprenderlo y ense?arlo.
Pero no para construir odios revanchistas o para crear “teorías críticas” de vomitivo marxismo anacrónico. Debemos hacerlo para aprender de la historia, para conocer el origen de las taras actuales y para impedir que otra vez más se defienda lo indefendible bajo la excusa de su cientificismo o de su apoyo oficial por parte de “expertos”, países “avanzados” o hasta de “respetables” organismos internacionales.
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ENGLISH VERSION.
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Racism and Eugenics
There was a time, back in the Enlightenment era, when racism —discriminating against people because of the color of their skin or their biological characteristics— was considered "scientific.” He was defended by acclaimed intellectuals of the stature of Linnaeus, Hume, Voltaire, Montesquieu, Kant or Hegel. It was the time when Europe declared itself the "cradle of civilization" (and of the “pure race”).
This biological racism developed by the European elites was very convenient for them because it justified the enslavement of millions of Africans and the subjugation of many millions more in all the territories reached. According to his thinking, Europeans were the pinnacle of evolution and had the "natural right" to conquer the world and rule it.
Then, through felonies, blood and unequal warfare, the largest colonial empires in history emerged, in charge of bringing the riches of the world to their metropolises. Europe was intoxicated with fortunes, with power and increased its “progress” and “civilization” even more.
But racism was not the only ideology considered "scientific." This was followed by eugenics, the "human enhancement'' ideology that sought to wipe out "inferior races" and ensure European "racial purity." His influence was immense as be had defenders like Malthus, Galton, Nietzsche, Margaret Sanger, H.G. Wells, Julian Huxley, Albert Einstein, John D. Rockefeller, Henry Ford, and even Emperor Hirohito.
This enlightened and widespread support made eugenics the main cultural reference from the end of the 19th century onwards. Scientists intellectuals, politicians, and entire nations —including the United States— declared themselves eugenic long before the Nazis adopted it as the basis for the extermination of non-Aryan peoples.
But despite the immense support they achieved and their presumed objective foundation, racism and eugenics were an immense ideological and social swindle. They were the product of human evil, economic ambitions and aberrant supremacist dreams. They were lies presented as truth.
We must not forget this, nor silence it, we must learn it and teach it.
But not to build revengeful hatreds or to create "critical theories" of vomiting anachronistic Marxism. We must do it to learn from history, to know the origin of the current defects and to prevent the indefensible from being defended once again under the excuse of its scientism or its official support by "experts", "advanced" countries or even from “respectable” international organizations.
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Versión digital: https://laprensahispananewspaper.com/racismo-y-eugenesia/