La Nada

La Nada

(The Nothing)

Artículo escrito para La Prensa Hispana Bilingual Newspaper (Indio, California, EE.UU.). Edición del 6 al 12 de mayo, 2022

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?Sabía usted que el problema filosófico básico, es decir, el problema fundamental de todos, es la mera existencia de las cosas? Se lo pongo de esta forma: sin importar la interpretación que usted les dé a las cosas, el hecho último es que las cosas están allí, que las cosas existen (incluidos tú y yo), y no hay forma de negarlo.

Usted puede tener su propia forma de entender las cosas —especialmente en esta época de humanismo e individualismo hedonista—, pero lo que no puede hacer es negar que las cosas existan. De hecho, “negar” sería una forma de autenticar la existencia, ya que “algo” o “alguien” (que existe) estaría haciéndolo.

Queda claro, entonces, que el universo (todo lo que comprende) es lo contrario a la nada, y que negarlo es un salto al vacío, es la locura por excelencia. Consecuentemente, podemos angustiarnos por las cosas, pero jamás deberíamos angustiarnos por la nada, porque la nada siempre es algo.

Sin embargo, el segundo problema básico es aún más importante que el primero: si algo existe, ?qué es lo que existe… qué son todas las cosas… qué es el universo… quién soy yo? La respuesta sólo puede estar en dos lugares: dentro mío o fuera.

Sartre, el filósofo francés, sostenía lo primero. Decía que, lo que existe, es lo que cada uno dice que es, que la vida es un constante acto de validación individual hecho por la voluntad. Si decido algo, eso le da sentido, lo explica. Heidegger, su contraparte alemán, decía que las cosas se interpretan, no a partir de la voluntad, sino a partir de una vaga sensación de terror fundamental, de un presentimiento subjetivo. Lo que siento, crea sentido.

La consecuencia de ambos enfoques es la misma. Al tener cada persona su interpretación, todas terminan parcializadas y, en el fondo, no reflejan necesariamente la realidad. Las miradas individuales están tan limitadas como la de una hormiga que busca interpretar el bosque entero. ?

Pero si la respuesta está fuera del individuo, entonces, lo trasciende. Va más allá del voluntarismo o la subjetividad personal. Tiene que ver, necesariamente, con algo mucho más grande e infinito que él, con EL OTRO, la causa de que todas las cosas existan. ?Se ha comunicado EL OTRO, con nosotros? Millones dicen que sí, y que eso no sólo ha dado sentido a todo, sino que ha acabado para siempre con la nada.

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ENGLISH VERSION.

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The Nothing

Did you know that the basic philosophical problem, that is, the fundamental problem of all, is the mere existence of things? I put it this way: no matter what interpretation you give to things, the ultimate fact is that things are there, that things exist (including you and me), and there is no denying it.

You can have your own way of understanding things – especially in this age of humanism and hedonistic individualism – but what you cannot do is deny that things exist. In fact, “deny” would be a way of authenticating existence, since “something” or “someone” (that exists) would be doing it.

It is clear, then, that the universe (everything it comprises) is the opposite of nothing, and that denying it is a leap into the void, it is madness par excellence. Consequently, we can be anxious about things, but we should never be anxious about nothing, because nothing is always something.

However, the second basic problem is even more important than the first: if something exists, what is it that exists… what are all things… what is the universe… who am I? The answer can only be in two places: inside me or outside.

Sartre, the French philosopher, held the former. He said that what exists is what each one says it is, that life is a constant act of individual validation done by the will. If I decide something, that gives it meaning, explains it. Heidegger, his German counterpart, said that things are interpreted, not from the will, but from a vague sensation of fundamental terror, a subjective presentiment. What I feel makes sense.

The consequence of both approaches is the same. As each person has their interpretation, they all end up biased and, deep down, they do not necessarily reflect reality. Individual gazes are as limited as that of an ant that seeks to interpret the entire forest.

But if the answer is outside the individual, then it transcends him. It goes beyond voluntarism or personal subjectivity. It has to do, necessarily, with something much bigger and infinite than him, with THE OTHER, the cause of all things to exist. Has THE OTHER communicated with us? Millions say yes, and that has not only given meaning to everything, but has ended nothing forever.


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Versión digital: https://laprensahispananewspaper.com/la-nada/

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