?Estamos los padres formando los líderes que en el futuro nuestra sociedad necesita, o solamente educando buenos empleados?

 Mayo, mes de las madres; junio, mes de los papás. Los padres (ambos) tenemos sin duda, una influencia enorme en el éxito futuro de los hijos, en lo que hace a sus carreras profesionales. Pero ?Estamos los padres formando los líderes que en el futuro nuestra sociedad necesita, o solamente educando buenos empleados?

Como padres encabezamos y dirigimos grandes esfuerzos para que nuestros hijos reúnan todos los elementos que les permitan un futuro profesional promisorio. Les procuramos la mejor educación superior, invirtiendo grandes sumas y enormes esfuerzos para que obtengan los conocimientos y habilidades, que les permitan un desempe?o competitivo en los a?os por venir.

Sin embargo, en el cada vez más competido ámbito profesional, los mejores conocimientos no alcanzan para garantizar un desempe?o exitoso. En las organizaciones actuales, un robusto cuerpo de elementos que aporten dominio técnico no alcanza para favorecer un crecimiento profesional sostenido. Y, de manera cada vez más notoria, las nuevas generaciones estarán enfrentando retos cuyo manejo dependerá menos de lo que saben y más de la forma en la que se usa la conducta personal.

Y si, ya desde ahora y más en el futuro, el comportamiento de un profesionista para tratar con otras personas y para utilizar los conocimientos a su disposición, resulta clave para favorecer una carrera prometedora. Es por ello que desde ahora y mucho más en el futuro, será el liderazgo y no el dominio técnico, lo que hará la diferencia para alcanzar el éxito profesional.

El liderazgo, entre muchas de las ventajas que aporta a los profesionistas en cualquier especialidad, resulta clave para alcanzar la auto-realización. El liderazgo nos permite influir en las personas y las condiciones, para dirigir nuestras carreras hacia actividades que porten valor para uno mismo y los demás.

Sin embargo, lo que nos permite desplegar un liderazgo superior no se aprende en las universidades. Lo más común es que las empresas y organizaciones hagan esfuerzos para el desarrollo de comportamientos que favorezcan el liderazgo, pero lo hacen enfocados en aquellos profesionistas que sobresalen y, muchísimas veces, como un recurso para permitirles resolver los retos donde su dominio técnico no es suficiente.

En muchos casos incluso, los esfuerzos de desarrollo de liderazgo que las empresas llevan a cabo, lo hacen para resolver obstáculos y conflictos que los profesionistas brillantes ya están enfrentando, en detrimento de su efectividad y, por ende, de su auto-realización.

Ante esta realidad, como padres de familia tenemos dos notorias alternativas: seguir enfocándonos en el acrecentamiento de los conocimientos y habilidades técnicas de los futuros profesionistas, apostando a que, en su momento y cuando así sea indispensable, las empresas y organizaciones para quienes ellos trabajen se aboquen a formar (o posiblemente a corregir), los comportamientos de liderazgo que les permitan seguir creciendo, en pos de su éxito profesional y auto realización personal.

La otra opción es que, desde ya, durante la educación profesional, los padres y educadores nos enfoquemos en que los jóvenes desarrollen esos comportamientos que el día de ma?ana, se manifiesten como los elementos que favorecerán un liderazgo superior. De esta forma apoyaremos en nuestros jóvenes, la creación de una ventaja que, en su futuro inmediato y de mediano plazo, les redituará en una carrera profesional que más rápidamente les permita sobresalir y aproximarse de manera segura a su auto- realización, por medio de una actividad que aporte valor, a ellos mismos y a los demás.

Lo que eso significa, es que los padres y educadores nos enfoquemos en la formación de líderes y no solamente en el desarrollo de buenos empleados. Significa que tomemos el liderazgo en la formación de profesionistas auto- realizados y provechosos, en lugar de esperar que surja por obra de la casualidad y del azar, o bien, de dejarlo en las manos de las empresas y organizaciones, donde laboren en el futuro.

Convencido de esta necesidad, y basado en la experiencia de tres décadas formando líderes en Latinoamérica y Espa?a, recientemente he publicado “Los líderes no nacen ?Se hacen!: lo que es indispensable para alcanzar el éxito profesional, pero no se aprende en la universidad”.

En este, se traducen los aprendizajes que por a?os he conseguido al trabajar con Líderes de Empresa, en prácticas y reflexiones que todo padre o educador puede fomentar con sus jóvenes, de una manera aterrizada y coloquial.

Les invito a conocer esta propuesta y, ante todo, a tomar la iniciativa para el desarrollo de los líderes que desde ahora y en el futuro, están siendo indispensables en las empresas, las organizaciones y, sobre todo, en nuestra sociedad.

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