Baby, call the cops; we′ve been robed..!

Baby, call the cops; we′ve been robed..!

That was exactly what I felt when I heard the President announce strict quarantine 10 days before my wedding in March 2020. And the events that have unleashed since then, make that feeling grow day by day.

We've been robbed. They stole our freedom, hope, work, hugs, affections, meetings. They stole our plans, our family... and they stole our health. Who is they? Well, they say that looking for someone to blame is part of the grieving process. Someone to whom direct all our anger, pain and frustration. I don't know if we will ever know whether or not there is a real culprit behind all this madness, but it's even worth knowing? What would change?

Yes, I said "grieving". I think letting go is a grieving process. To let go of all that is no longer here... Release moments of life that will not return. Graduations, trips, births, projects. And the real mourning... to see loved ones that we never imagined could leave, part.

We are witnessing more losses than we could ever have imagined. The whole world dressed in black. Witnessing the endless wreckage of a crisis of unthinkable scale.

History shows us that we are a strong species, and that we have survived many other pandemics in the past, but I honestly feel very far from seeing myself as the great heroes who have fought against them back then. Rather, I visualize myself caught in a reality that seems like a movie. Unable to make sense of so much pain, so much tragedy.

Personally, going through this year has been an emotional roller coaster. And seeing that there is still a long way to go is exhausting. Of course, this is not something that happens only to me, it happens to all of us, and surely in different degrees of depth. But that phrase that reads "it can be worse" may be very true but not very effective as a consolation. Pain is pain. It sounds almost diabolical to find relief in thinking that there are others who suffer more than one does.

If I'm honest, life was always kind to me. It has given me everything. I've been lucky and haven't learned to grieve. I don't know how to accept that we have lost, because I have never lost before. I was always jumping from tile to tile, blessed with opportunities, with education and with love. My obstacles so far, have been short and manageable. Over the years, I overcame fears, fell in love, gained (and lost) friends, gained experiences; but always from a place of strength and security.

That too has been stolen from me. Today I close my eyes and I can almost touch the reality that I lost.

Letting go is very difficult. It is poetic but na?ve to think that just by saying it we have achieved it. It is a very long process. Going through it is living moments of despair, fear, rage, anger with life. It is to recognize that we have lost and that nothing we do can repair it.

But it is true that I also see another side of this. Passionate, resilient people. People who do not let themselves be beaten, still when they are beaten. Irreparable dreamers. Heroes who, from their place, continue to advance and encourage others to stop looking back.

And they are the example. They are the light of hope, as cheesy as it sounds. Unique people, who have lost everything, who go through moments of deep anguish every day and still do not let themselves fall.

Maybe today is not the day you start to heal. Perhaps the process is not finished yet. But there must be a bit of illusion out there, that makes it worthwhile to go through it and come out triumphing once more.

Living is what happens today. Living, in my opinion, is just enjoying life (as you can). Respecting the time we spend in this world with the sole objective of savoring it as much as possible. No one will give us back these years. They are gone. But if we are lucky, there are others to come, and only one has the power to choose how to live them.

The show must go on…

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Eso fue exactamente lo que sentí cuando escuché al Presidente anunciar cuarentena estricta 10 días antes de mi casamiento en marzo del 2020. Y los eventos que se desataron desde entonces, hacen crecer ese sentimiento día a día.

Nos robaron. Nos robaron la libertad, la esperanza, el trabajo, los abrazos, los afectos, las reuniones. Nos robaron los planes, la familia… y nos robaron la salud. ?Quién? Bueno, dicen que buscar un culpable es parte del proceso del duelo. Alguien a quién dirigir toda nuestra ira, nuestro dolor y frustración. No sé si algún día sabremos si hay o no un verdadero culpable detrás de toda esta locura, pero ya ni siquiera se si vale la pena saberlo. ?Qué cambiaría?

Si, dije “duelo”. Creo que soltar, es un proceso de duelo. De dejar ir todo eso que ya no es… Soltar momentos de la vida que no van a volver. Graduaciones, viajes, nacimientos, proyectos… Y es un real duelo ver partir a seres queridos que jamás imaginamos que podían irse.

Somos testigos de más pérdidas de las que jamás hubiéramos podido imaginar. El mundo entero se vistió de negro. Presenciando el destrozo interminable de una crisis de escala impensada.

La historia nos demuestra que somos una especie fuerte y que hemos sobrevivido muchas otras pandemias en el pasado, pero honestamente me siento muy lejos de verme como los grandes héroes que han luchado contra ellas en aquel entonces. Más bien me visualizo presa de una realidad que parece de película. Incapaz de encontrarle sentido a tanto dolor, a tanta tragedia.

En lo personal, atravesar este a?o ha sido una monta?a rusa emocional. Y ver que todavía queda un largo camino por recorrer resulta agotador. Claro que esto no es algo que me sucede solo a mí, nos sucede a todos, y seguro en distintos grados de profundidad. Pero esa frase que lee “se puede estar peor”, podrá ser muy cierta pero poco efectiva como consuelo. El dolor es dolor. Suena casi diabólico encontrar alivio en pensar que hay otros que sufren más que uno.

Si soy sincera, la vida siempre fue amable conmigo. Me ha dado todo. He tenido suerte y no he aprendido a vivir en duelo. No sé como se hace para aceptar que hemos perdido, porque nunca antes me ha tocado perder. Siempre fui saltando de baldosa en baldosa, bendecida con oportunidades, con educación y con cari?o. Mis obstáculos han sido breves y manejables. Con el pasar de los a?os, vencí miedos, me enamoré, gané (y perdí) amigos, sumé experiencias; pero siempre desde un lugar de fortaleza y seguridad.

Eso también me lo han robado. Hoy cierro los ojos y puedo casi tocar la realidad que perdí.

Soltar es muy difícil. Es poético pero iluso pensar que solo con decirlo lo hemos alcanzado. Soltar es un proceso muy largo. Atravesarlo es vivir momentos de desesperación, de miedo, de rabia, de enojo con la vida. Es reconocer que hemos perdido y que nada que hagamos podrá repararlo.

Pero es cierto que también veo otra cara de esta moneda. Gente apasionada, resiliente. Personas que no se dejan vencer, aún vencidas. So?adores irreparables. Héroes que, desde su lugar, siguen avanzando y alentando a otros para dejar de mirar hacia atrás.

Y ellos son el ejemplo. Son la luz de la esperanza, por más cursi que suene. Personas únicas, que han perdido todo, que atraviesan día a día momentos de profunda angustia y aún así no se dejan caer.

Tal vez hoy no sea el día que empieces a sanar. Tal vez todavía el proceso en uno no ha terminado. Pero debe quedar un pedacito de ilusión por ahí dando vueltas, que haga que valga la pena atravesarlo y salir triunfando una vez más.

Vivir es lo que pasa hoy. Vivir, en mi opinión, es solo disfrutar la vida (como se pueda). Respetar el tiempo que pasamos en este mundo con el único objetivo de saborearlo lo máximo posible. Nadie nos devolverá estos a?os. Se han ido. Pero si tenemos suerte, quedan otros por venir, y solo uno tiene el poder de elegir cómo vivirlos.

The show must go on…

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