How can you use voice to deepen the impact of your poetry?

No creo que todos entendamos lo mismo por tono vocal en la poesía y, a menudo, se confunde con entonación, inflexión o modulación, que entraría más en lo que podemos denominar como entonación Si nos centramos en el tono, como característica de un sonido, en este caso la voz, que puede ir del grave al agudo en una gran variedad cromática, mi recomendación es no forzarlo, buscar nuestro tono de voz más natural posible, sin pretender que esta sea más grave o más aguda. Solo desde nuestro tono natural, seremos capaces de manejar todo tipo de inflexiones, modulaciones o entonaciones necesarias para imprimir al poema oral todos los matices necesarios en su desarrollo. Sea en grabaciones, recitales o slam poetry.

Si hay algo imprescindible en la poesía es el ritmo, la musicalidad, sea lírica, verso libre o prosa poética y si hay algo imprescindible en los ritmos y la música son los silencios. Al interpretar poesía oral, en cualquier modalidad, no solo son importantes las palabras y su encadenamiento, sino los signos de puntuación, las pausas versales, las rupturas estróficas... A menudo escucho a personas declamar buscando una musicalidad artificiosa, excesiva, sobreactuada. En otras ocasiones, una interpretación tan acelerada como un foxtrot. La pausa y el tempo han de ser medidos y forman parte imprescindible de la emoción que transmitimos y de la comprensión del público.

El volumen es el aire. Un aire imprescindible para ser dosificado empleándolo cuando las inflexiones necesarias al texto lo solicitan. Un volumen medio de partida, neutro, pero suficiente, nos permitirá en todo momento ser escuchados con claridad, al tiempo que nos brindará la posibilidad de convertirse en un susurro o en un grito cuando sea necesario. Además, un volumen alto de partida hará que nuestro aire disponible se agota muy rápido, alterando el ritmo y las pausas por necesidades de respirar cuando no debemos hacerlo. A menudo, un volumen bajo de partida, llama, además, al silencio y la atención del público, mientras que un volumen elevado puede provocar todo lo contrario, que los murmullos de la sala y las conversaciones se eleven.

Vocalizar. Ese es el principal secreto para que nuestro poema llegue con absoluta claridad a una audiencia. Igual que los cantantes de ópera, quien recita ha ce preparar su garganta y los músculos de la boca, mandíbula y labios, especialmente. Asegurarte de que cada palabra puede ser articulada con precisión, es vital para cualquier interpretación oral en poesía.

La inteligencia emocional es lo que conecta la expresión del artista con la de quién le escucha, lee o ve; con el receptor. Pero para que esa conexión se dé, la expresión de la emoción ha de ser medida, auténtica. Toda exageración resultará tan falsa como la falta de intensidad. Por ello, el artista que declama, debe estudiar con profundidad la obra y manejar las emociones desde esa voz interior que le conmueve sin pretender alterarla para provocar la emoción en el que escucha.